
Abalauquen: el dulce secreto mejor guardado de la Patagonia
Desde Lago Puelo, una dulcería artesanal con alma familiar que transforma frutas autóctonas en pequeñas joyas comestibles.
Roberto Vara es profesional del turismo desde hace más de 25 años, nació y se crió en Comodoro Rivadavia y hoy junto a Walter Barquín, su socio, apuesta al desarrollo local con una agencia que se enfoca exclusivamente en el turismo receptivo, apostando por sus paisajes, su historia y su potencial como destino turístico. “Queremos dejar de ser ciudad de paso”, dijo a Me Gusta Patagonia.
Exclusivo Me Gusta Patagonia13 de mayo de 2025Roberto Vara tiene 51 años, es licenciado en turismo y nació en Comodoro Rivadavia. Luego de recorrer el mundo, eligió quedarse en su ciudad natal para apostar al desarrollo de una actividad que históricamente fue secundaria en la región: el turismo receptivo. Junto a su socio, Walter Barquín, lidera Buentour, la primera agencia de viajes de la ciudad que se enfoca exclusivamente en recibir visitantes, en lugar de vender paquetes hacia otros destinos.
“Siempre aposté por esta ciudad. Acá tengo mi vida, mi familia y mi profesión”, dice Roberto con orgullo. Tras más de 25 años en el rubro, decidió que era momento de iniciar un proyecto propio.
De ciudad de paso a ciudad destino
Durante décadas, Comodoro fue vista solo como “la puerta de entrada a la Patagonia”, un lugar de paso hacia otros atractivos. Pero para estos emprendedores, la ciudad tiene mucho más para ofrecer. “La geografía de Comodoro sorprende: el mar, los cerros, la amplitud del territorio… Los turistas no pueden creer que haya tanto para ver”, cuenta Roberto.
Su agencia fue pionera en cambiar esa percepción. Hoy ofrecen circuitos que incluyen Rocas Coloradas, actividades náuticas, caminatas y visitas al Área Protegida Punta del Marqués, entre otras opciones. Este crecimiento de propuestas turísticas permitió consolidar una oferta cada vez más diversa.
A diferencia de las agencias tradicionales, esta apuesta va en otra dirección. “Nosotros no vendemos paquetes a Brasil ni a Europa. Recibimos viajeros, les organizamos el alojamiento, los traslados, las excursiones. Gente de todas las edades llega a conocer la zona”, detalla.
Los destinos más buscados por quienes visitan la región son Rada Tilly, el Cerro Chenque, el Puerto, el Faro San Jorge y Sarmiento. “Rada Tilly impacta mucho. Es un balneario tan al sur que parece imposible que exista. Para muchos, es como el último balneario del mundo. Lo que más valora la gente es la tranquilidad”, agrega Roberto.
El Faro también es una parada inolvidable para quienes lo conocen: “Es un lugar escondido, no tan accesible, y por eso genera un impacto especial. Llevar a la gente ahí y ver sus reacciones es muy lindo. Lo disfrutan muchísimo”.
El avistamiento de ballenas
Una de las novedades más interesantes es el avistaje de ballenas sei en las costas de Rada Tilly y Comodoro Rivadavia una especie que comenzó a frecuentar la zona con mayor regularidad. “Ya no hace falta ir hasta Puerto Madryn para vivir esta experiencia. Incluso han venido investigadores de National Geographic. También se pueden observar lobos marinos y muchas aves. La biodiversidad que tenemos es enorme y poco conocida”, explica.
Este tipo de atractivos posicionan a la región en una liga distinta dentro del mapa turístico patagónico, con un perfil más natural, tranquilo y exclusivo.
Gracias al trabajo sostenido y al enfoque receptivo, la agencia también logró reconocimiento fuera del país. “Fuimos convocados por el Ministerio de Turismo de Chubut para participar de un congreso en Miami. Allí presentamos nuestra propuesta y los atractivos de la provincia. Fue Walter, que tiene una visión muy clara y estratégica, quien nos representó”, recuerda Roberto.
Hoy, aunque el camino no ha sido fácil, sienten que algo empezó a cambiar. “Queremos dejar de ser una ciudad de paso. Comodoro tiene identidad, geografía, historia… y queremos mostrar eso. Aunque hacemos todo con las uñas, somos la primera agencia que apostó fuerte al turismo receptivo. Hoy algunas colegas están empezando a sumarse, pero nosotros ya venimos con este camino recorrido. Apostamos a la ciudad, y apostamos fuerte”.
Con esa convicción, Roberto y Walter impulsan una transformación silenciosa pero firme: cambiar la imagen de Comodoro Rivadavia en la mente de los viajeros. Y lo hacen con una propuesta concreta, con una identidad local y con la certeza de que, en esta Patagonia petrolera, también hay lugar para soñar con una economía basada en el turismo.
Desde Lago Puelo, una dulcería artesanal con alma familiar que transforma frutas autóctonas en pequeñas joyas comestibles.
En la inmensidad serena de la cordillera patagónica, donde los vientos traen historias antiguas y los paisajes inspiran contemplación, nacen proyectos que no solo producen, sino que conmueven. Uno de ellos es De Los Abuelos, un emprendimiento artesanal con corazón y raíces, creado por Micaela Teresita Mazzieri en Esquel, Chubut.
La Ruta Nacional N° 3 es escenario de hermosos lugares a lo largo de toda su extensión. Uno de ellos es La Lobería, una zona que refleja la belleza del mar en el sur de la Patagonia. En esta crónica te contamos sobre este sitio que tiene una rica historia y que forma parte que une Comodoro Rivadavia con Caleta Olivia.
La aerolínea low cost Flybondi anunció que dejará de volar a Río Gallegos, Santa Cruz, y confirmó la eliminación de esa ruta aérea de su programación. La decisión sorprendió a numerosos pasajeros, ya que no se había comunicado previamente un posible cierre del recorrido.
Roberto Vara es profesional del turismo desde hace más de 25 años, nació y se crió en Comodoro Rivadavia y hoy junto a Walter Barquín, su socio, apuesta al desarrollo local con una agencia que se enfoca exclusivamente en el turismo receptivo, apostando por sus paisajes, su historia y su potencial como destino turístico. “Queremos dejar de ser ciudad de paso”, dijo a Me Gusta Patagonia.
Cuando imaginamos un bosque, pensamos en árboles altos, hojas verdes y aves que cantan entre las ramas. Pero no todos los bosques están en tierra firme. Algunos se ocultan bajo la superficie del mar, en las frías aguas del Atlántico Sur, y se mueven con la marea como si fueran una selva líquida. Es el caso de los bosques de cachiyuyo, gigantes de algas pardas que pueden alcanzar hasta veinte metros de largo y formar paisajes submarinos tan impresionantes como vitales.