Hotel Comodoro, la historia del Icónico alojamiento de la Patagonia que hospedó al sha de Persia

Inaugurado en marzo de 1962, el Hotel Comodoro no es solo un edificio, es un testimonio de la historia y el desarrollo de la hotelería en la Patagonia argentina. Desde su origen como uno de los primeros edificios de altura de Comodoro Rivadavia hasta su rol actual como pilar del alojamiento regional, este icónico hotel ha sido testigo de innumerables historias y momentos clave. Esta es su historia.

Exclusivo Me Gusta Patagonia23 de junio de 2025Fredi CarreraFredi Carrera

Fachada

Una confitería en el entrepiso, un salón comedor un piso más arriba y hasta una peluquería para hombres y mujeres. También tuvo un casino y una boîte que muchos aún recuerdan. Penguin's, durante más de 20 años, fue parte de la noche comodorense y funcionó dentro de un hotel.

Hotel Comodoro es mucho más que un simple lugar para pasar la noche. A lo largo de sus 63 años de historia, ha sido un sitio de encuentro, tanto para amigos y empresarios que se reunían a compartir un café en el lobby bar, como para personas que se acercaron a participar de una reunión o una presentación. 

En la actualidad, también recibe a estudiantes de la carrera de animación 3D y a empleados que trabajan para una empresa que alquila una oficina en el lugar. Sin embargo, lo suyo siempre han sido los huéspedes: aquellos turistas de paso, viajeros y empleados de empresas petroleras o viajantes que necesitan pernoctar en esta ciudad que alguna vez fue epicentro de la llegada de americanos que venían a trabajar en el petróleo.

Hoy son días distintos en Comodoro y el hotel también lo siente. El frío número de la estadística dice que la ocupación ronda entre un 35% y un 40%. Nadie escapa de este presente que hace recordar tanto a los 90, aquellos años de privatizaciones, bolsillos apretados, telegramas sin corazón y búsqueda de nuevos horizontes.

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EL PRIMER EDIFICIO DE ALTURA

El Hotel Comodoro se inauguró el 9 de marzo de 1962. Fue construido por Vizental y fue uno de los primeros edificios de altura de la ciudad. Era la época dorada, el petróleo estaba en auge y las inversiones extranjeras llegaban a montones. Muchos aún recuerdan aquellas noches en que la calle Belgrano era una fiesta y las tardes de autos importados que transitaban por la San Martín en sentido sur.

La propuesta era atractiva: un hotel de 8 pisos, con un salón panorámico en pleno centro y frente a la estación de trenes del ramal Comodoro Rivadavia - Sarmiento. En ese marco, se inauguró el Hotel Comodoro y fue un éxito.

En sus primeros años, además de alojamiento, fue epicentro de la actividad social de la ciudad. El casino y Penguin's convocaban a jóvenes y adultos a disfrutar de un espacio de recreación único por las características y la ubicación que tenía.

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El alojamiento era tan importante en la ciudad, que en mayo del 65, fue uno de los lugares donde estuvo el Sha de Persia, en su visita a la ciudad. Mohammad Reza Pahlavi llegó a Comodoro junto a su esposa, Farah Diba, el 17 de mayo de 1965. 

En esa época, Daniel Landi tenía su peluquería dentro del hotel y si bien la emperatriz traía a su propio peluquero, el coafuri se enfermó y convocaron a un profesional de la ciudad.

En principio tenía que trasladar su peluquería al Chalet Huergo, donde se alojaron el sha y la emperatriz. Sin embargo, a último momento hubo modificaciones en el itinerario y se decidió que tantos hombres como mujeres almuercen en el Comodoro Hotel, donde finalmente Daniel peinó a la emperatriz. Para él fue lo mejor que pudo pasar, dice a la distancia.

Hace un tiempo en diálogo con este periodista recordó ese hecho. “Yo tenía la peluquería en el subsuelo y tuve que atenderla en la suite presidencial, lo que hizo todo más sencillo. Pero solo le tuve que arreglar el cabello. En realidad ya estaba peinada, le tuve que acomodar el cabello para que vaya a almorzar”.

“Pero en Comodoro fue toda una revolución. Se cerró todo Comodoro, pusieron alfombras por todos lados, en la entrada al Comodoro Hotel y el Chalet Huergo y recorrieron las zonas petroleras de YPF en helicóptero, porque no podían tocar tierra”, recuerda Daniel. “Incluso trajeron mozos de Buenos Aires, como cinco o seis del doctor Illia. Me acuerdo porque el día antes, que era domingo, atendí a todos los mozos para que estén prolijos”.

El Chalet Huergo se ambientó por completo. Se construyó un baño en la planta baja y además de la alfombra roja se colocaron cerraduras, picaportes y griferías hechas en oro. Además se cambiaron muebles, objetos decorativos y se ambientó detalladamente el lugar para que refleje las costumbres iraníes. Y todo por solo un par de horas, ya que el sha y su esposa estuvieron en la ciudad solo un cuarto de día. Luego fueron despedidos por una multitud.

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Esa fue una de las visitas más importantes que tuvo el hotel, el cual fue administrado por Vizental hasta 1975 cuando lo compró el sindicato de SUPE. La aventura hotelera del gremio, en tanto, duró cinco años hasta que fue subastado y adquirido por la sociedad Roqueta y Celentano.

José Antonio Rodríguez era chico cuando llegó a Comodoro, pero aún recuerda que ese edificio lo impactó. Por eso, cuando en 1991 lo llamaron para tener una entrevista laboral con el gerente del hotel le entusiasmó la idea de dejar la albañilería para ser cadete.

“Cuando yo lo veía en el centro, caminando por los 80, era algo imponente porque es un edificio antiguo que tiene una fachada muy interesante, el único de tantos pisos en hotelería, y tenía una imagen impactante. Me daba curiosidad porque tenía mucho movimiento de clientes, sobre todo viajantes, visitadores médicos, empresas, que había poco en esa época, y después personas que venían por salud. Eso me impactó, la cantidad de tipos de clientes que había”.

En esa época, el funcionamiento del hotel era distinto. Había conserje, telefonista, portero y otros puestos que ya no existen. La tecnología también era otra. Los teléfonos eran de clavija y un cable conectado a la habitación era la conexión perfecta para su funcionamiento. Luego llegó la telefonía y, más tarde, la computadora.

En 1995, Celentano decidió vender su parte de la sociedad y así los hermanos Antonio, Alicia y Ricardo Roqueta obtuvieron el 100 % del paquete accionario, comenzando una nueva etapa del hotel.

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UN HOTEL CON HISTORIA 

El Hotel Comodoro cuenta con 105 habitaciones de tres tipos: superior, estándar y unas más pequeñas que dan al pulmón del edificio, muy solicitadas por ser silenciosas.

Históricamente, su huésped ha sido el cliente corporativo, tanto por petróleo como por la minería de Santa Cruz, un visitante de una noche que siempre está listo para viajar. Los visitadores médicos y los viajantes también han sido huéspedes frecuentes, así como el viajero que llega a la ciudad por salud, además del turista de paso que suele venir desde diciembre a marzo.

“El corporativo siempre fue el motor, con altos y bajos, siempre dependiendo del momento del país”, dice Rodríguez al contar cómo el hotel atraviesa esta crisis que hoy sacude a la ciudad y la región. “En el 91 era muy parecido a lo que sucede hoy y al no estar el corporativo se está sintiendo mucho. En la ciudad, a la noche, no hay el movimiento que había; los fines de semana uno estaba acostumbrado a caminar y ver gente entrando a los restaurantes y ya no lo ves. Entonces es complicado, es difícil y muchos tienen que reestructurarse, acomodar sus costos y tratar de aguantar. El tema es que no tenés un mediano plazo, hoy es una incertidumbre total”, confiesa.

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Hoy la ocupación hotelera es de entre un 35 y un 40 %, cuando “el promedio ha sido de un 60 % o 70 %”, dice el gerente al comparar un dato con otros. “En buenos momentos hemos estado alrededor del 80 %, pero ahora, a diferencia de otros momentos, no ves luz al final del camino y tampoco ves que alguien está haciendo algo para mostrar una esperanza”, lamenta.

Jose Antonio

El hotel, en su mejor época, tuvo 60 empleados; hoy son 20 y la dinámica es diferente. El lobby bar se convirtió en un espacio de uso exclusivo para clientes y dos salones que suelen ser recintos de diferentes actividades, desde cursos y charlas hasta presentaciones. Además, desde 2004 funciona la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), mientras que una empresa petrolera dispone de una oficina.

Pero, a pesar de todo, el Comodoro sigue siendo un ícono de la hotelería y también es uno de los edificios históricos que tiene la ciudad. Hace años, el área donde está ubicado se convirtió en un espacio de recreación para jóvenes y adolescentes, y las cadenas para autos que delimitaban el estacionamiento solo son un recuerdo para quienes transitaron esa zona años atrás.

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Por supuesto, su fachada sigue siendo imponente. Pronto se actualizará para ser más accesible, pero se respetará su arquitectura y su fisonomía para mantener la armonía de un sector que es un ícono de Comodoro Rivadavia, la ciudad donde alguna vez el petróleo trajo inversiones, marcando una época en esta parte de la Patagonia.5_1_1_A_028_large

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Siempre le gustó viajar y en 2018, junto a una amiga crearon un blog de viajes. Esa experiencia le gustó tanto que decidió crear “Hacia el infinito y más allá”, su propio canal de contenidos. Hoy con más de 176 mil seguidores entre Instagram, Tik Tok y Youtube, trabaja en una nueva faceta; la organización de viajes grupales para conocer el mundo de una manera distinta. La próxima aventura es Egipto, un lugar "maravilloso, que te abre mucho la cabeza". Esta es su historia.

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